Últimamente se está produciendo una avalancha de fondos a vencimiento. Vamos a ver qué son, sus ventajas e inconvenientes.
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A favor de estos fondos está que son una de las mejores vías para aprovecharse del aumento de las rentabilidades de la deuda pública en el medio plazo.
Las gestoras ofrecen unos rendimientos más o menos orientativos a los partícipes, con la condición de que mantengan la inversión hasta el vencimiento de la deuda.
Además, estos fondos sirven al partícipe para recibir unas rentas periódicas. Suelen ofrecer, además de la inversión inicial (no garantizada) a vencimiento, reembolsos anuales o trimestrales obligatorios de un porcentaje determinado sobre la inversión.
Pero estos fondos también tienen sus inconvenientes. Y es que frente a otros productos que garantizan la inversión, la rentabilidad de estos fondos no está en ningún caso asegurada.
Además, exigen la permanencia del ahorro durante varios años, normalmente cinco ejercicios. La razón es que la máxima revalorización para el partícipe se obtiene al alcanzar la fecha señalada como horizonte, cuando vencen los bonos de las carteras. Pero esto, también retiene al inversor incluso si el momento de mercado no es propicio o es propicio para invertir en otra clase de activos.
Para quienes deseen salir antes del vencimiento, habrá una penalización. Los fondos con objetivo de rentabilidad llevan asociado un castigo, en forma de fuertes comisiones de reembolso, si los partícipes quieren retirar su dinero antes del vencimiento. En estos el coste alcanza hasta el 4% del patrimonio (suelen incluir ventanas de liquidez cada ciertos periodos para evitarlo).
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