Aprenderemos qué es la regla del 72, cómo se calcula y veremos ejemplos prácticos. También veremos una serie de factores a tener en cuenta, así como sus ventajas e inconvenientes.

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Qué es la regla del 72

La regla del 72 es una manera rápida, simple y sencilla de averiguar cuánto tiempo se necesitará para que una determinada inversión doble su valor.

Este sencillo cálculo nos ayuda a saber cuánto se puede ganar en una inversión y en cuánto tiempo.

Y también al revés, nos permite conocer el tipo de interés necesario para lograr nuestro objetivo.

Pero la regla del 72 no se aplica únicamente al mundo de las inversiones. También se utiliza para tipos de interés de la deuda de la tarjeta de crédito, un préstamo, una hipoteca.

Cómo se calcula la regla del 72

Lo primero que hay que tener presente es que es aplicable a aquellas inversiones cuya rentabilidad o interés anual sea fijo y conocido de antemano. Es por ello que tipos de interés variable que pueden ser diferentes cada mes, no sirven.

La regla del 72 se basa en el interés compuesto, de manera que es necesario reinvertir las ganancias que se vayan obteniendo. De esta manera se logra el objetivo más rápidamente.

Va de la mano con el interés compuesto, ya que asume la reinversión de los dividendos y las ganancias de capital a lo largo del tiempo para alcanzar su objetivo. Por tanto, esta regla se aplica para inversiones de interés compuesto, no para las de interés simple, de manera que desde el segundo año el interés no se calcula sobre la inversión inicial, sino sobre esta más los intereses generados anteriormente.

Ejemplo: si una inversión nos general el primer año un interés del 10% sobre 50.000 euros que hemos invertido, significa que tras el primer año hemos ganado 5000 euros y tenemos ahora 55.000 euros. Pero el segundo año el interés del 10% se aplica a los 55.000 y no a los 50.000 euros, de manera que tras el segundo año se tendrá una ganancia de 5500 euros y no de 5000 euros.

Para saber el número de años que necesitaremos para doblar nuestra inversión dividiremos 72 por el tipo de interés devengado, todo ello expresado en porcentaje.

De esta manera, tendríamos los siguientes ejemplos:

– Una inversión que nos rinda un 1% de interés: dividimos 72 / 1 y nos da 72. Esto significa que necesitaremos 72 años para doblar nuestra inversión si cada año el interés es del 1%.

– Una inversión que nos rinda un 6% de interés: dividimos 72 / 6 y nos da 12. Esto significa que necesitaremos 12 años para doblar nuestra inversión si cada año el interés es del 6%.

Otra utilidad de la regla del 72 es que nos permite saber el tipo de interés que necesitamos para doblar una inversión en un número concreto de años.

El cálculo es muy sencillo, dividimos 72 entre el número de años esperados para doblar la inversión.

Ejemplo: tenemos 10.000 euros y queremos saber qué tipo de interés necesitamos para doblar nuestra inversión en 9 años. Pues dividimos 72 / 9 = 8. Pues necesitamos una inversión que nos arroje una rentabilidad del 8% anual durante 9 años para doblar nuestra inversión inicial de 10.000 euros.

Factores a tener en cuenta con la regla del 72

Es importante resaltar que los datos que obtengamos con la regla del 72 son orientativos, pero no 100% exactos. Si buscamos un dato más preciso existen otras fórmulas matemáticas pero son mucho más complejas.

También decir que existen una serie de elementos o factores que hacen que con el transcurrir del tiempo, el cálculo inicialmente obtenido con la regla del 72 pueda quedar obsoleto y no sea tan fiable.

– Inflación: al tratarse de una subida continuada de los precios de los bienes y servicios que consumimos, supone un encarecimiento general del coste de la vida y una pérdida de poder adquisitivo. Es decir, nuestro dinero vale menos. Es por ello que hay que tener presente que si asistimos a una elevada inflación, 5000 euros de hoy no valen lo mismo que 5000 euros dentro de unos años.

– Impuestos: hay que tener también presente que las ganancias calculadas con la regla del 72 en realidad serán menores y también necesitarán más años del cálculo previsto inicialmente, ya que hay que restarle impuestos y tributos fiscales.

– Tipos de interés demasiado elevados: la regla del 72 por regla general funciona muy bien siempre y cuando estemos hablando de rentabilidades o tipos de interés hasta el 10%. Pero si hablamos de tipos de interés muy elevados, por ejemplo del 20% para arriba, es mejor utilizar el número 76 en vez del 72.

Y lo mismo cuando el tipo de interés es inferior al 6%, en este caso es mejor utilizar el 68 o 69 en vez del 72.

Ventajas e inconvenientes de la regla del 72

Entre las principales ventajas podemos enumerar las siguientes:

– Sencillez y simpleza: se trata de un método muy sencillo y fácil de calcular, incluso se puede hacer mentalmente y no se requieren conocimientos de matemáticas.

– Rapidez: su cálculo requiere unos pocos segundos, no se necesita realizar complicadas fórmulas matemáticas con calculadora.

– Completa: por un lado sirve para saber cuánto se tardará en duplicar una inversión, y por otro lado sirve para saber qué rentabilidad se necesita para duplicar la inversión en un plazo temporal determinado.

– Extensible: tiene gran utilidad y práctica en todo tipo de inversiones, por ejemplo en inversiones bursátiles, inmobiliarias, depósitos a plazo, etc.

También presenta algunas desventajas, tales como las siguientes:

– Sólo tipo de interés fijo: sólo sirve si hablamos de inversiones que nos ofrecen un tipo de interés fijo y estable cada año y que conocemos con anterioridad. Si el tipo de interés es variable no sirve.

– Inflación: no tiene en cuenta la inflación. La regla te puede decir que doblarás la inversión en x años pero en realidad no es así, ya que la inflación se habrá comido por el camino poder adquisitivo.

– Impuestos: lo mismo sucede con los tributos. Hay que pagar fiscalmente un porcentaje de las ganancias obtenidas, de manera que distorsiona el dato que nos aporte la regla del 72.

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