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Qué es un préstamo con carencia
Cuando una persona pide un préstamo personal es porque necesita dinero para acometer cualquier eventualidad. Pero puede ser que no tenga el suficiente capital para ir devolviendo el dinero a la entidad que se lo prestó.
De ahí surge la figura del préstamo con carencia, que permite postergar la devolución del dinero (las cuotas mensuales) durante un periodo de tiempo.
Por tanto, la carencia es un período de tiempo en el que una persona y el banco acuerdan que la primera quede exenta de cumplir una o varias de las obligaciones contraídas en el contrato del préstamo.
El carácter de carencia puede aparecer en todo tipo de préstamos, es decir, tanto en los personales como en los hipotecarios.
Lo más habitual es que al solicitar un préstamo negociemos con la entidad su carencia antes de firmar el contrato, pero también es posible que el préstamo en su comienzo no tuviese carencia, y más adelante, al no contar con recursos económicos suficiente para su devolución, podamos negociar un periodo de carencia.
Una vez haya finalizado el periodo de carencia previamente acordado y firmado, tendremos que devolver el dinero junto con los intereses correspondientes.
Tipos de carencia
Existen dos tipos de carencia:
- Carencia parcial o de amortización: mientras esté en vigor el plazo temporal de carencia, únicamente pagaremos los intereses. Este tipo de carencia generalmente está pensado para aquellas situaciones en las que, debido a un hecho concreto y puntual, nos resulta difícil poder devolver cada mes las cuotas. Por ejemplo, un autónomo tiene una enfermedad y durante unos meses no puede trabajar al 100%, con lo que sus ingresos son menores de lo habitual y no tiene capacidad económica para hacer frente a todos sus pagos y obligaciones. Pues con este tipo de carencia, durante x número de meses sólo devolverá intereses, con lo que su cuota será menor.
- Carencia total: durante la duración del tiempo de carencia, no tendremos que pagar nada de cuotas (ni intereses ni capital). La ventaja es que durante x tiempo no pagaremos nada. La desventaja es que una vez termine el periodo de carencia, las cuotas a devolver se habrán incrementado. Por ejemplo, una persona ha perdido su puesto de trabajo y no tiene ingresos para afrontar las cuotas. Pues la entidad le permite durante un determinado periodo de tiempo no tener que devolver nada del préstamo, esperando que más adelante encuentre otro trabajo y con los ingresos pueda devolver el dinero prestado.
Cuántos meses de carencia hay
La duración del período de carencia dependerá del tipo de préstamo (no es lo mismo un préstamo personal que un préstamo hipotecario).
No hay normas escritas al respecto, pero generalmente suele ir desde varios meses (3 o 4) a 1 o 2 años.
En cualquier caso, la duración de la carencia ha de constar por escrito en el contrato de préstamo.
Cómo se calcula la carencia de un préstamo
– Carencia parcial:
- Primero, se calculan los intereses que se pagarán durante el período de carencia
- Segundo, se calcula la cuota que se abonará cuando finalice la carencia. En este caso, se tendrá en consideración el capital prestado, el tipo de interés y el número de cuotas a pagar.
– Carencia total: solo hay que calcular la cuota que se abonará tras la finalización de la carencia, y para ello dependerá del capital prestado, tipo de interés y número de cuotas.
Cómo pedir un préstamo con carencia
Vamos los casos más habituales:
* Tenemos un préstamo personal y llevamos un tiempo pagando cada mes la correspondiente cuota: en este caso, si nos surge un impedimento para poder seguir devolviendo todo el capital, lo que tenemos que hacer es acudir a la entidad bancaria y comunicarle nuestra intención de tener un periodo de carencia. Analizarán nuestro caso en particular y nos dirán si aceptan la propuesta o no, y en caso afirmativo nos dirán qué clase de carencia sería y su duración.
* No tenemos ningún préstamo personal y queremos contratar uno con carencia: el proceso es el mismo que el caso anterior, tendremos que ir a un banco y solicitarlo. Estudiarán nuestro caso y nos dirán si nos lo concede o no, y en tal caso, el tipo de carencia y duración.
* Tenemos un préstamo hipotecario y queremos un periodo de carencia: ya tenemos una hipoteca con el banco y cada mes estamos pagando una cuota. Pues tendremos que ir y comunicarle nuestro deseo. Si está dispuesto a ello, se procederá a realizar lo que se denomina novación del préstamo hipotecario (la comisión por este concepto la tenemos que pagar nosotros) para de esta forma poder incorporar al contrato que ya teníamos el tema de la carencia (clase y duración).
* También existe la carencia en las pólizas de seguros y en los contratos de arrendamientos de bienes (urbanas o rústicos) y locales.
Qué tener en cuenta a la hora de solicitarlo
- Hay que tener muy claro si realmente necesitamos un préstamo con carencia, ya que una vez termine el periodo de dicha carencia, no solo tendremos que devolver el dinero que teníamos pendiente, sino además intereses, con lo que al final tendremos que devolver un mayor capital.
- Es importante ver qué intereses no aplicaría el banco por la carencia. Lógicamente, cuantos más bajos, mejor. Esta es la verdadera clave a la hora de hacer números y ver lo que al final nos costaría de más esa carencia.
- La duración de la carencia ha de resultarnos efectiva. Es decir, que no sea demasiado corta y no nos dé tiempo a solventar los problemas que nos ha llevado a pedir una carencia.
- Qué tipo de carencia nos permitirá. No vaya a ser que el banco solo acepte una carencia parcial y tengamos que seguir cada mes devolviendo dinero (intereses, no capital) y no nos resuelva el problema.
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