Aprenderemos qué es el flujo de caja, para qué sirve, los diferentes tipos que existen, las dos maneras de calcularlo y un ejemplo práctico y sencillo.

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Qué es el flujo de caja

 El flujo de caja, denominado en inglés cash flow, es un indicador fundamental en el devenir de toda compañía, ya que refleja el estado real de dicha empresa, puesto que arroja luz sobre los ingresos y los gastos y de esta manera se puede comprobar fácilmente el nivel de solvencia, además de liquidez, de dicha compañía, dos variables del todo imprescindibles si se quiere evitar el día de mañana la quiebra y la desaparición del negocio.

Cuando nos referimos al flujo de caja podemos obtener una valiosa información acerca de todos los recursos que es capaz de producir una empresa, tanto en lo relativo a lo que entra como a lo que sale, durante un periodo de tiempo determinado y concreto.

Es por ello que el flujo de caja ofrece una información jugosa en lo relativo a la capacidad que tiene una compañía para hacer frente al pago de sus deudas y obligaciones de carácter económico, de ahí que se diga que el flujo de caja refleja el verdadero estado de salud por el que atraviesa una empresa o negocio.

Y no solo eso, el flujo de caja también nos permite calibrar el grado de liquidez del negocio, averiguar la calidad de los diferentes ingresos que se obtienen, la capacidad de la empresa de crear dinero.

Por tanto, el flujo de caja es el movimiento de dinero en efectivo que entra y sale de la empresa (ingresos generados por las ventas, los gastos de operación, diferentes inversiones, etc).

El flujo de caja puede ser de la siguiente manera:

– Flujo de caja positivo: significa que los ingresos que ha logrado la empresa son superiores a los gastos que haya tenido que soportar.

– Flujo de caja negativo: implica que los ingresos obtenidos por la empresa son menores que los gastos que hay que hacer frente.

Evidentemente, la situación ideal para todo negocio que se precie de ser serio es tener un flujo de caja positivo.

Para qué sirve el flujo de caja

 Realmente este indicador ofrece muchas ventajas, no solo a la propia empresa, sino a sus directivos, a los clientes y a los inversores.

Entre las principales utilidades tendríamos las siguientes:

– Se pueden encontrar maneras óptimas para mejorar la eficiencia de la gestión financiera de la empresa.

– Sirve para saber qué medidas o decisiones son las más idóneas de cara a adoptar e implementar a corto, medio y largo plazo.

– Otra gran utilidad es poder calibrar la capacidad de la empresa para afrontar  sus deudas económicas y para financiar inversiones más adelante.

– Permite a cualquier persona saber si el negocio realmente va bien o mal, por lo que es un indicador interesante para los inversores de cara a ver si interesa en ese momento comprar acciones de la compañía o es mejor abstenerse y esperar otra mejor ocasión.

– La propia empresa puede analizar y estudiar la viabilidad o conveniencia de realizar en ese momento nuevas inversiones o mejor buscar financiación.

Cómo calcular el flujo de caja y su fórmula

 A la hora de calcular el flujo de caja, hay dos maneras de hacerlo:

1) Método directo: su procedimiento es muy sencillo. Simplemente tenemos que restar los flujos de efectivo entrantes de los flujos de efectivo salientes.

La fórmula matemática es la siguiente:

Flujo de caja = flujos de efectivo entrantes – flujos de efectivo salientes

Cuando hablamos de flujos de efectivo entrantes podemos enumerar a modo de ejemplo el cobro a los clientes. Respecto a los flujos de efectivo salientes tendríamos el abono de deudas, inversiones, etc.

2) Método indirecto: también su procedimiento de cálculo es bastante sencillo. Tan solo hay que sumar el beneficio neto, las amortizaciones y las provisiones.

Su fórmula matemática es la siguiente:

Flujo de caja = Beneficio neto + Amortizaciones + Provisiones

Veamos un ejemplo práctico y sencillo de cómo calcular el flujo de caja de una empresa siguiendo el método directo…

Flujos de efectivo entrantes:

– Ingresos por ventas: 320.000 euros
– Cobros de clientes: 60.000 euros
– Otros ingresos: 12.000 euros

Flujos de efectivo salientes:

Gastos de operación: 70.000 euros
Salarios: 30.000 euros
Alquileres: 32.000 euros
Compra de activos: 23.000 euros
Pagos de deudas: 6.000 euros

Flujo de caja (método directo) = (320.000 + 60.000 + 12.000) – (70.000 + 30.000 + 32.000 + 23.000 + 6.000) = 231.000 euros

Tipos de flujo de caja

A continuación vamos a ver los tipos de flujo de caja más importantes:

Flujo de caja libre

 Es el efectivo que resta a la empresa tras el abono de todas sus deudas, gastos e inversiones.

Su utilidad radica en que aporta una valiosa información en lo referente a la verdadera capacidad que tiene una empresa para generar efectivo.

Flujo de caja neto

Es el producto de restar a los ingresos que ha obtenido una empresa, los gastos que tiene que afrontar.

Digamos que son los pagos que ya ha recibido la empresa, cosa diferente de los ingresos netos (que incluyen pagos por cobrar).

Flujo de caja operativo

Es el dinero que entra y sale de la empresa mediante las operaciones que están directamente relacionadas con su negocio o actividad comercial.

Es decir, es el dinero que entra y que sale de la empresa únicamente por actividades relacionadas directamente con el objeto social de la empresa.

Flujo de caja de inversión

 Es el dinero que entra o que sale atendiendo a las inversiones de la empresa.

Lo más habitual son inversiones en productos financieros que tienen una elevada liquidez, es decir, que se pueden convertir rápidamente y sin problema alguno en efectivo cuando la empresa lo necesite.

 Flujo de caja financiero

 Se refiere al dinero que entra o que sale de la empresa debido a operaciones directamente relacionadas con el dinero.

Como ejemplos tendríamos el pago de créditos, intereses, etc.

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