
En el mundo de las finanzas, tanto empresas como particulares pueden dar con las mejores formas de aumentar su capital realizando inversiones. Los fondos de inversión se han convertido en un instrumento muy interesante para esto, ya que abarcan una serie de activos que puede asegurar cierto grado de rentabilidad tanto a medio como a largo plazo, lo que supone una gran tranquilidad para los inversores.
Es un modelo interesante, pero también profundo, ya que se puede abordar desde la inversión a título personal o desde la inversión a través de una empresa. Son opciones válidas, aunque no todo el mundo puede acceder a ambas, y poseen tanto ventajas como inconvenientes que se deben valorar antes de lanzarse a cualquiera de estas vías.
Navegar por el mundo de las inversiones en fondos puede ser complejo, especialmente desde la perspectiva de una empresa con múltiples obligaciones financieras y fiscales. «Cuando se trata de inversiones corporativas, es crucial no solo considerar el potencial de retorno, sino también entender cómo cada inversión afecta la carga fiscal y el balance general de la empresa», aconseja Marc Ricart, experto en fiscalidad y gestión corporativa de Agencia Ricart.
Si te estás planteando cualquiera de estos dos caminos, vamos a ver qué implica invertir en fondos a título personal y/o empresarial y qué ventajas tiene cada modelo.
Inversiones a Título Personal
Invertir a título personal en fondos es muy sencillo, ya que solo tienes que acceder a una plataforma que sea compatible con ellos. Es muy importante tener en cuenta el aspecto fiscal en esta opción, ya que se puede optar por modelos tan comunes como las cuentas de ahorro o planes de pensiones, que cuentan con incentivos fiscales y en ocasiones se apoyan en dichos fondos.
La carga impositiva se puede reducir, dado que cualquier pérdida en la inversión se compensa con la ganancia de capital en muchas ocasiones. Es un modelo muy interesante que destaca, además, por las siguientes cualidades:
- Flexibilidad: se dispone de un mayor libertad para elegir los fondos en los que invertir, como también en lo que respecta a cuándo comprar o vender participaciones.
- Control: es más fácil ceñirse a las metas y tolernancia al riesgo que se tengan para ajustar las estrategias de inversión.
- Beneficios fiscales: hay ciertas facilidades fiscales como tasas reducidas o incluso exenciones que reducen la carga impositiva de las inversiones, aunque no todo el mundo es compatible con ellas.
En cuanto al tratamiento habitual para este tipo de inversiones, lo que se suele hacer es buscar fondos con una gran diversidad de activos, ya que esto reduce el riesgo de pérdidas y estabiliza el retorno de la inversión, así como buscar planes de pensiones, cuentas u opciones que puedan beneficiarse de ventajas fiscales para tener una inversión más rentable.
Inversiones desde Empresas
Como adelantamos, también es posible que una empresa invierta en fondos para garantizar unas reservas de capital y una buena rentabilidad a largo plazo. Ahora bien, es importante tener en cuenta que las ganancias obtenidas estarán sujetas a diferentes tasas impositivas que dependerán principalmente de la jurisdicción y la estructura de la propia organización. Por otra parte, toda inversión debe quedar registrada en los libros y estados financieros, lo que a su vez afecta a la hora de elaborar informes sobre el estado del negocio.
Son aspectos importantes a valorar, al igual que lo importante que resulta que la inversión se alinee con las necesidades de flujo de la empresa para no inmovilizar capital que pueda ser necesario para el funcionamiento habitual del negocio. No obstante, también quedan compensados con las ventajas que plantea este modelo, especialmente para el rendimiento del propio negocio:
- Optimización fiscal: las empresas suelen tener acceso a más deducciones fiscales que no suelen estar disponibles para inversores particulares, lo que les supone una mayor rentabilidad de la inversión.
- Mayor escala: las empresas tienen muchos más recursos financieros que los individuos, lo que permite acceder a mejores oportunidades de inversión con condiciones mucho más atractivas.
- Planificación estratégica: las inversiones pueden alinearse con la estrategia empresarial general, potenciando el crecimiento y estabilidad a largo plazo.
Al igual que sucede con las inversiones a título personal, la diversificación de activos es la clave de un buen fondo para invertir con una empresa. Aun así, también es tanto o más interesante encontrar los modelos que tienen más ventajas y posibilidades a nivel fiscal, ya que es uno de los elementos a los que más partido le puede sacar el negocio.
¿Qué modalidad es mejor?
La rentabilidad y el riesgo de las inversiones son los factores clave a tener en cuenta a la hora de comparar ambas modalidades. Es cierto que las empresas pueden acceder a mejores oportunidades de inversión dados sus recursos. Sin embargo, tienen menos libertad a la hora de asumir riesgos, ya que sus decisiones están sujetas a las estrategias del negocio, los informes y las regulaciones. Algo que no afecta a las inversiones a título personal, ya que estas tienen total libertad, salvo las responsabilidades fiscales pertinentes.
Del mismo modo, un individuo tiene mucha más flexibilidad a la hora de trabajar los fondos de inversión, y mucho más control sobre las estrategias que quiere desarrollar, pudiendo cambiarlas con más rapidez si se diera la necesidad. Las empresas tienen mucha menos flexibilidad, pero a su vez gozan de un riguroso control que evita tomar decisiones equivocadas por impulso..
Es difícil determinar qué opción es mejor dado que, al final, cada modelo encaja más según las circunstancias.