Sobreendeudarse es peligroso y cada vez sucede con mayor frecuencia. Hoy veremos cómo podemos prevenir esta situación y sobre todo cómo actuar si ya lo estamos.

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Qué es el sobreendeudamiento

Sobreendeudarse significa que una persona (o una empresa) ha ido acumulando una serie de deudas y créditos a lo largo del tiempo. No ha ido adquiriendo más deudas a medida que terminaba de pagar otras anteriores, sino que estando todas o la mayoría vigentes, fue incrementando su número y cuantía económica.

Tal y como está estructurada la sociedad actual y todos los medios e instrumentos digitales que tenemos a nuestro alcance, resulta bastante sencillo (y atractivo) realizar compras y compras, algunas innecesarias, porque la posibilidad de aplazar los pagos sin intereses y devolverlos en cuotas periódicas es una tentación.

El sobreendeudamiento puede acaparar todo tipo de deudas:

  • Elevado importe: la hipoteca de una vivienda o el alquiler, la adquisición de un coche nuevo, realizar un viaje o disfrutar de vacaciones, los estudios universitarios de los hijos (o los estudios de postgrado), reforma de la vivienda, etc.
  • Bajo importe: comprar tecnología (televisión más grande, ordenador portátil sofisticado, teléfono móvil de última generación, etc).

El hecho de comprar y acumular deudas, en sí mismo no es un problema. El problema como tal surge si la capacidad económica y los recursos patrimoniales no son suficientes para poder absorber esa masa deudora, y en ese caso hablamos de un excesivo endeudamiento o sobreendeudamiento.

Consecuencias de sobreendeudarse

Todo depende del grado de sobreendeudamiento alcanzado y la capacidad económica que tengamos para hacerle frente. En función de ese equilibrio, las consecuencias serán de mayor o menor gravedad.

  1. Por regla general, la primera consecuencia que observaremos es que la cuantía de las deudas se incrementa sustancialmente, no solamente por la suma del importe de todas las deudas, sino también sus respectivos intereses, sobre todo si hemos realizado algunos pagos más tarde de lo debido o, sencillamente, no hemos abonado algunos créditos.
  2. La segunda consecuencia es que entramos en una espiral muy peligrosa, en la cual vemos que es muy difícil salir, no podemos ir pagando lo que debemos y el tiempo va en nuestra contra porque los intereses van elevando el monto de las deudas, con lo que al final, nuestra deuda total es mayor, con el tiempo va aumentando y nuestros recursos económicos son del todo insuficientes para hacerle frente.
  3. La tercera consecuencia es que nos meterán en listados de morosos. Esto implica que nos resultará muy complicado poder acceder a un préstamo o comprar a plazos, ya que se supone que no somos de fiar en ese sentido.

Tipos de sobreendeudamiento

  • Sobreendeudamiento activo: se origina por culpa de la persona que no es diligente ni responsable y asume unas deudas mayores de lo que realmente puede afrontar. Por ejemplo: empieza a comprar y comprar con tarjeta de crédito aplazando los pagos.
  • Sobreendeudamiento pasivo: surge a raíz de situaciones en las que la persona no es responsable o no tiene culpa. Por ejemplo: una persona pierde su trabajo y al no disponer de ingresos económicos no es capaz de afrontar los pagos que debería.

¿Es lo mismo endeudamiento que sobreendeudamiento?

Realmente la diferencia radica en una cuestión: la capacidad económica de pago.

Es decir, si una persona asume muchas deudas pero sus recursos económicos (ingresos + patrimonio) son lo suficientemente elevados como para poder afrontar y pagar toda la deuda, estaríamos hablando de endeudamiento.

En cambio, si esa misma persona no es capaz de ir pagando sus deudas (su pasivo es mayor que su activo) y en unos casos se retrasa en el pago, y en otros simplemente deja recibos pendientes, al final los intereses van elevando el importe de la deuda. En este caso estaríamos hablando de sobreendeudamiento.

Cómo saber si estás sobreendeudado

Te dejo algunos tips que denotarían que te encuentras en una situación de sobreendeudamiento:

  • Efectivo: si acudes a realizar gestiones cotidianas como por ejemplo comprar comida y tienes que tirar de la tarjeta de crédito o incluso pedir uno de esos micro préstamos online que se conceden al instante (con elevados intereses).
  • Deuda por deuda: si para poder pagar una deuda tienes que recurrir a otra deuda (por ejemplo pedir un pequeño crédito para poder hacer frente a lo que debes por haber usado la tarjeta de crédito).
  • Incumplimientos parciales o totales: si te retrasas en el pago de algunas cuotas (incumplimiento parcial) o bien hechas para atrás recibos porque no puedes pagarlos (incumplimiento total). En cualquier caso, debe de tratarse de algo más o menos habitual, ya que si sucede una vez no pasa nada.
  • No cumplir la regla 70/30: esta regla se basa en que lo ideal es que la deuda total que tengamos no sea mayor que el 30% de nuestros ingresos. De hecho las entidades bancarias la utilizan mucho como referencia a la hora de conceder o no un préstamo personal o hipotecario.

Qué hacer si ya estamos sobreendeudados

  • Lo primero y más importante de todo es dejar de inflar el globo, es decir, no seguir endeudándonos más porque entonces será más difícil resolver el problema.
  • Planificación financiera: hay que prescindir de todos aquellos gastos que tengamos y que no sean necesarios, por muy pequeños que sean, ya que todo suma. Por ejemplo, dar de baja la suscripción a periódicos y revistas, a plataformas de streaming de películas y series, dejar de salir a comer o cenar a la calle, etc.
  • Negocia con los acreedores: por ejemplo, si tienes un préstamo personal o una hipoteca, intenta ver si te permiten un periodo de carencia total (durante x tiempo no pagas ni capital ni intereses) o parcial (durante un tiempo solo pagas intereses).
  • Consulta con algunas de las empresas que se encargan de unificar deudas y de esta manera ver si puedes reducir las cuotas periódicas que has de pagar.
  • Las cuotas que tienes que pagar cada mes de tu tarjeta de crédito intenta reducirlas al importe más bajo que te permita el banco.

Cómo prevenir y evitar sobreendeudarse

Como siempre, el sentido común es el mejor aliado. No hay que ser economista para saber que si ganas x al mes y tus deudas son superiores, tienes un problema.

Por tanto, en primer lugar, nunca te endeudes más de lo que puedas pagar y para ello recuerda que lo ideal es que el total de tus deudas no supere el 30-35% del total de tus ingresos.

Para ello, un truco es no utilizar nunca la tarjeta de crédito (jamás las tarjetas revolving que los intereses son altísimos) y de esta manera no deberás nada al banco. Tampoco recurras a pequeños préstamos online que rápidamente ofrecen muchas empresas, ya que los intereses también son muy elevados. Paga siempre en efectivo o bien con tu tarjeta de débito, la cual tirará del dinero que tienes en tu cuenta.

Y no menos importa, intenta ahorrar todo lo que puedas. No solo para afrontar gastos imprevistos o urgentes, sino también para poder darte esos caprichos que de otra manera solo podrías lograr endeudándote más de lo que debieras.